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domingo, 14 de abril de 2013

Thatcher, Chávez y los desahucios en España: Los excesos de políticas económicas equivocadas


(english version below)

Margaret Thatcher ha muerto el pasado 8 de abril tras una larga vida en la política, siendo decisiva en el porvenir de su país y del mundo en general. Murió Thatcher, pero sus ideas parecen más vivas ahora que nunca. Fiel defensora del interés privado por encima del interés general, fue uno de los principales exponentes del neoliberalismo, promoviendo privatizaciones, austeridad y desregulación. Antieuropea de convicción, no tuvo reparos en atacar política y físicamente a quien se le opuso, en su país y en el extranjero (pregúntenle a los argentinos). En una época donde Europa y gran parte del mundo asumía el valor del dialogo y la diplomacia internacional, para evitar las desgracias del pasado reciente que desgarraron a Europa con dos guerras consecutivas, Thatcher se empeño en seguir anclada en el pasado en un juego de suma negativa de lucha de interés a escala internacional.

Me pregunto si Margaret, quien a su edad sufría ya de demencia según algunos (para mí la señora sufría de demencia desde temprana edad), era consciente del daño que sus políticas causaron a tantos en el pasado y del daño que aún causan, especialmente hoy en día al ser revividas como intento fallido de salida perversa a esta crisis global.

Curioso al menos, hace unas semanas debatíamos sobre Chávez, otro líder endiosado tras su muerte. Chávez y Thatcher ambos dirigieron sus países durante más de una década. Ambos traspasaron sus fronteras por el radicalismo de sus políticas y ambos han sido referentes para muchos otros gobiernos. Uno desde la extrema derecha económica, la del libre mercado y el interés privado, otro desde la extrema izquierda, la del papel del estado y el interés público. Ambos muy diferentes en sus ideologías, ambos – Chávez y Thatcher - iguales en su populismo y ambos igual de equivocados en sus extremos.

En mi anterior entrada discutí brevemente los éxitos y excesos de las políticas de Chávez. Ahora, y para ser justo, me dedicaré a las políticas de Thatcher. Pocos éxitos encuentro de los cuales hablar. Si experimentamos hoy, sin embargo y tristemente, las consecuencias nefastas del neoliberalismo salvaje que Thatcher difundió. Por un lado, la supuesta búsqueda de la eficiencia en las privatizaciones se transformó en búsqueda de rentas para intereses particulares en detrimento del bienestar general (el que quiera ejemplos que se dé un paseo por la red ferroviaria privatizada de la Inglaterra natal de Thatcher). Por otro lado, y más importante, la creencia ciega en los mercados y en que el interés privado siempre estará en sintonía con el social, es precisamente el que nos ha traído a la situación de crisis profunda que vivimos. En particular, la desregulación de los mercados – principalmente los financieros – desde la década de los 80s ha estado asociada a mayor volatilidad económica, mayor desigualdad, y a desequilibrios económicos, políticos, sociales y medioambientales (tal como analizo en Dimensions of the current systemic crisis”: http://congresoreedes.unican.es/actas/PDFs/21.pdf )

Pero no solo Chávez y Thatcher se equivocaron en sus extremos. Lo más triste y preocupante de todo es que se equivocan aún más quienes todavía defienden esos extremos y pretenden perpetuarlos. Venezuela empieza un nuevo rumbo esta semana con sus elecciones presidenciales. Gane quien gane, ojal (aunque no lo parece dada la bochornosa campaña política de los dos candidatos) se aleje de los extremos de su antecesor, siempre ampliando los éxitos conseguidos. Europa, por su parte, lleva ya años intentando salir de una crisis que se presenta eterna. Ante el clamor social, y demostrando el gran poder de los intereses privados establecidos, los dirigentes europeos se encierran en sus políticas “Thatcherianas” de empobrecimiento de la población en beneficio de unos pocos.

Por último, y terminando en España, como me suele gustar, el dato más reciente de las consecuencias nefastas de los desvaríos de las ideas que doña Margaret tanto defendió: 400.000 familias han perdido su vivienda en los últimos 4 años en beneficio de los intereses del sector financiero descontrolado durante décadas.

Inevitablemente, y aún así siempre triste y encogedor, a todos nos llega la muerte. Para bien y para mal, las ideas - tanto las buenas como las malas - muchas veces tienen más vida. Ojalá las de Margaret Thatcher mueran pronto.

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Thatcher, Chavez and evictions in Spain:
The excesses of misguided economic policies

Margaret Thatcher died on April 8 after a long life in politics, being decisive in the future of her country and the world in general. Thatcher died, but her ideas seem more alive now than ever. Faithful defender of private interest over public interest, she was one of the main proponents of neoliberalism, promoting privatization, austerity and deregulation. Anti-European from conviction, she did not hesitate to attack politically and physically whoever opposed her, at home and abroad (ask the Argentineans). At a time when Europe and most of the world assumed the value of dialogue and diplomacy, to avoid the misfortunes of the recent past that tore Europe with two consecutive wars, Thatcher was determined to follow in the past, anchored in a negative-sum-game of conflict of interests at a global scale.

I wonder if Margaret, who at her advanced age suffered dementia, according to some (for me the lady was suffering from dementia since an early age), was aware of the damage that her policies caused to many people. Damage was caused in the past but also today, especially as her ideas have been revived as a perverse and failed attempt to overcome this global crisis.

Curiously, a few weeks ago we were discussing Chavez, another leader glorified after his death. Chavez and Thatcher both led their countries for over a decade. They transferred their borders by the radicalism of their policies and both are examples for other governments. One is an example from the extreme economic right, that of a free market and private interest, the other an example from the far left, that of the role of the state and of public interest. Both leaders were very different in their ideologies, but both Chávez and Thatcher were equal in their populism and equally wrong on their respective ends.

In my previous post I discussed briefly the successes and excesses of Chavez's policies. Now, to be fair, I will focus on the policies of Thatcher. I found little success I can speak of though. However, and sadly, we do experience today the disastrous consequences of the wild neoliberalism spread by Thatcher. On one hand, the alleged pursuit of efficiency from privatizations became rent seeking to particular interests, to the detriment of the general welfare (whoever wants an example of this just travel around using the privatized rail network of the native England of Thatcher). Moreover, and more importantly, the blind belief in markets and that private interest is always in tune with social interest is precisely what has brought us to deep crisis which we live in. In particular, the deregulation of markets - mainly financial markets - from the 80s onwards has been associated with increased economic volatility, increasing inequality, and economic, political, social and environmental imbalances (as I discuss in "Dimensions of the current systemic crisis.": http://congresoreedes.unican.es/actas/PDFs/21.pdf )

But not only Chavez and Thatcher were wrong in their ends. What is saddest and most troubling of all are those who still seek to defend and perpetuate those extremes. Venezuela begins a new turn this week with presidential elections. Whoever wins I hope will move away from the extremes of his predecessor (something unlikely given the shameful political campaign of the two candidates), hopefully expanding previous successes. Europe, in the meantime, has now been for years trying to get out of a crisis that is revealing itself as endless. Despite the social outcry, and demonstrating the great power of the established private interests, European leaders are locked in their "Thatcherist" policies of impoverishment of the population for the benefit of a few.

Finally, and ending in Spain, as I usually like to do in these lines, the most recent data from the disastrous consequences of the ravings of the ideas defended by Margaret: 400,000 families have lost their homes in the last 4 years on behalf of the interests of the financial sector, uncontrolled for decades.

Inevitably, yet always sad and disturbing, death comes to all and each of us. For better and worse, sometimes ideas - both good and bad ones - live longer. Hopefully those of Margaret Thatcher will die soon.



sábado, 9 de marzo de 2013

Lecciones desde Venezuela


Con la muerte de Chávez han rebrotado infinidad de opiniones sobre su figura, su filosofía, sus políticas, sus ambiciones. Más aún, su muerte ha supuesto una oportunidad para opinar a libertad sobre la democracia en América Latina y sus gobiernos, en particular sobre los giros radicales que el continente ha dado en la ultima década. Y, dada la relevancia de Chávez y el contexto de su muerte, las opiniones no faltan tanto desde Venezuela misma como desde los demás países de la región, desde España y el resto del mundo. Opiniones en general enfrentadas entre sus partidarios y sus opositores, defensores y críticos. Algo parece claro, Chávez no dejó a casi nadie indiferente.

Parece difícil ser neutral al opinar sobre Chávez (y se que corro el riesgo de generar tensiones al escribir sobre él). Los mismos medios de comunicación lo presentan como un tirano a la vez que luego alaban su coraje y voluntad política. Pero en la mayoría de los casos la atención se centra en su figura y poco análisis serio se hace sobre los éxitos y fracasos de sus políticas, que es lo que al final debería interesarnos. En especial, sus 14 años de mandato y de políticas radicales pueden suponer para Venezuela, y para los demás países de la región (e incluso para países como España) una oportunidad de lección de política económica, tanto de errores como de éxitos.

Al margen de la figura de Chávez, de sus excesos y controversias, las políticas de su gobierno han supuesto un cambio radical para su país, tanto para lo bueno como para lo malo (y mi objetivo en estas líneas no es ni defender ni atacar a Chávez, a eso ya se han dedicado muchos). Mi interés es resaltar algunas de las experiencias recientes de Venezuela que creo que pueden ser de gran valor para el contexto Latino Americano, pero no solo para este.

América Latina ha sido siempre la región más desigual del mundo. Lo ha sido por razones históricas, pero también por la indiferencia de sus elites y las políticas de sus gobiernos. Pero América Latina es también la región del mundo que más está reduciendo la desigualdad en los últimos años (tal que así lo resaltó recientemente The Economist). Aunque dicha experiencia de reducción no sea generalizada. Por un lado hay países como Colombia y Perú, que a pesar de ser de los que más crecen en la región, siguen una senda de polarización creciente. Colombia lo hace de tal forma que es hoy (como lo describí ya en este blog) el país más desigual de América Latina y unos de los más desiguales del mundo. Un país donde la pobreza sigue siendo abrumadora.  Por otro lado, otro grupo de países esta impresionando con reducciones nunca vistas en la región de pobreza y de desigualdad. Y lo están haciendo gracias a políticas sociales decisivas y constantes. Países dentro de los que se encuentran Brasil y también Venezuela.

Bien es cierto que la situación macroeconómica de Venezuela no es la mejor, y el gobierno de Chávez cometió infinidad de errores en la gestión macroeconómica del país. Pero la situación macroeconómica de Venezuela tampoco fue de maravilla antes de Chávez (de hecho los niveles de inflación, por ejemplo, eran superiores antes de su llegada). En tal sentido, no mucho ha cambiado. Lo que sí ha cambiado, y de forma sorprendente y comprobada por diversidad de organismos internacionales, son los índices de pobreza, desigualdad y prestaciones sociales. La pobreza se ha reducido en Venezuela del 62% en el 2005 al 27% en el 2011!!!, y lo ha hecho de la mano de reducciones de la desigualdad. De hecho Venezuela presenta hoy los menores niveles de desigualdad de toda América Latina! (ver figura) Y lo hace gracias a que la inversión en educación, salud y seguridad social no ha parado de crecer, mientras en países vecinos se ha estancado.

Es el petróleo! Argumentan muchos, al tener Venezuela la segunda mayor reserva del mundo. Pues excelente! En el pasado los petrodólares solo sirvieron para seguir enriqueciendo a las élites de siempre. Elites que protestan ahora al ver que la riqueza de su país empieza a ser mejor distribuida. Por nuestra parte, desde España, hipócritas como muchas otras veces, mientras en voz alta nos alarmamos y criticamos las necedades de Chávez, en voz baja estábamos encantados de haberlo convertido en el primer cliente de nuestra vergonzosa industria armamentista.

Los pueblos de América Latina vivieron durante décadas viendo como sus elites, apoyadas en gobiernos de derechas, de intereses particulares, explotaban la riqueza de sus países olvidándose de sus pueblos, tensando la cuerda hasta romperla. Hoy por hoy, la izquierda, populista si quieren llamarla, tiene como base de toda su fuerza el olvido constante e insensible de las clases dirigentes de siempre. Y a pesar de sus extravagancias y errores (a corregir y evitar a toda costa en gobiernos venideros) la izquierda en América Latina ha conseguido en varios países (como Venezuela pero también como Brasil y Ecuador) lo que durante mucho tiempo la derecha no quiso hacer, redistribuir la riqueza en pro de la disminución de la desigualdad y la opción de salir de la pobreza de millones de latinoamericanos. Disminución de la pobreza y de la desigualdad que sigue sin llegar en aquellos países, como Colombia, donde las elites de siempre siguen dominando y olvidándose de los demás. (Elites a las que seguramente estas líneas les parecen necia. A ellas lo que les importan es que no se acumulen las basuras en frente de su casa). Y no es casualidad que la reducción de la desigualdad coincida con gobiernos sociales. El estudio de la evolución de la distribución del ingreso en América Latina (por mi parte y por parte de diversos economistas de fuera y dentro de la región) muestra claramente el papel fundamental de los gobiernos de izquierda en la considerable reducción de la desigualdad dada durante las ultimas décadas. Y tampoco es casualidad que millones de venezolanos, a pesar del resto, guarden pasión por Chávez y por su revolución.

Ojalá el nuevo gobierno de Venezuela, y los que tengan que venir en América Latina, corrijan los excesos de Chávez y eviten sucumbir a la corrupción del poder. Ojalá gestionen mejor la macroeconomía del país. Ojalá eviten dividir a sus pueblos y fomentar tensiones innecesarias. Pero ojalá también no se olviden de que su principal responsabilidad es para con el bienestar de todos sus ciudadanos, en particular de los menos favorecidos. Ojalá no vuelvan, como en el pasado y como aún sucede en muchos países de la región, a olvidar las necesidades de sus ciudadanos y a gobernar solo pensando en los intereses de unos pocos. Lección relevante para América Latina pero nunca más oportuna para España, donde mientras la mayoría se hunde unos pocos siguen enriqueciéndose ya sin vergüenza alguna, convirtiendo a España (según la OECD) en el país desarrollado donde la desigualdad más crece. (De hecho, al ritmo que vamos, no me extrañaría ver en un futuro no muy lejano, por el peso mismo de la situación (como sucedió en Venezuela) gobernar en España a nuestro propio Chávez!)

domingo, 27 de enero de 2013

Desempleo y crecimiento económico




Acabadas las vacaciones y la ilusión de Navidad y las fiestas de fin de año, vuelve con fuerza la cruda realidad de nuestra economía española. El 2012 (en su momento el que iba a ser el año de la recuperación) lo cerramos con crecimiento negativo, y los pronósticos para este año (el que nuevamente según el gobierno “sí será el año de la recuperación”) desafortunadamente no son nada mejores (según el FMI en el 2013 nuestra economía se contraerá un 1.5%). Y la destrucción de empleo sigue siendo el peor lastre de esta situación, con cerca ya de 6 millones de desempleados, casi dos de ellos de larga duración (más de un año buscando trabajo) y casi otros dos de los restantes de muy larga duración (más de dos años buscando empleo).

A pesar de ello, de una forma totalmente incomprensible para la gran mayoría, la reactivación de la economía, y consecuente generación de empleo, sigue increíblemente sin ser la prioridad de las políticas del gobierno (ni de los autonómicos ni del central).

Unos niveles de desempleo tan altos y persistentes como los actuales llevan a un incremento dramático de las desigualdades. El daño de esta preocupante situación, y de la equivocadísima gestión de la misma, no solo lo sufrimos hoy, lo sufriremos durante muchos años más. Un análisis de la experiencia de diferentes países alrededor del mundo nos muestra como en aquellos países donde el desempleo ha sido alto y persistente en el pasado, las desigualdades han crecido y ambas cosas han reducido el desempeño económico a largo plazo, no solo por años, incluso durante décadas. Esto es lo que precisamente intento demostrar en “Unemployment and long-run economic growth: The role of inequality and urbanisation”, una de mis investigaciones recientemente publicada en La Revista de Invetigaciones Regionales 24 (accesible en el link adjunto para quien quiera darle un vistazo), y quiero resaltar aquí porque no creo que pudiera ser más relevante para la situación actual de España.

(http://www.aecr.org/images/ImatgesArticles/2012/12/7_David_Castells_Quintana,_Vicente_Royuela.pdf)

En los 80 y 90 muchos países, incluida España, experimentaron también tasas de desempleo altas y persistentes, y en muchos de estos países la desigualdad aumentó considerablemente. Aunque la situación no fue tan dramática como la actual, esos países han crecido significativamente menos hasta la actualidad. La razón es simple: el desempleo, y la desigualdad que genera, deprecian el capital humano y social de los países (sus dos mayores activos), no solo conduciendo a muchos a la pobreza, sino también mutilando la capacidad de toda la economía para volver a crecer.

Las políticas dirigidas directamente a generar empleo, y a reducir la desigualdad, no son solo urgentes dado el sufrimiento actual de nuestra sociedad, sino también si queremos mantener nuestras posibilidades futuras de volver a generar mayor prosperidad para todos. Aunque, como es ya previsible, este año tampoco sea el de la recuperación, mi esperanza es que al menos sí sea el año en que consigamos que los responsables de la política económica en Europa y en España se den cuenta de ello y replanteen como gestionan esta crisis y sus consecuencias.